Crónica de una lucha anunciada

Como lo habíamos prometido, Chicoverde y yo, junto con un aguzado equipo de profesionales de la investigación del Mal, nos hicimos presentes en el primer evento de franca agresión física, voluntaria, deliberada y absurda de la Nación. Chicoverde preparado para las más estremecedoras entrevistas; y quien suscribe, cámara en mano, lista para la inmortalización de lo que luego comprobaremos han sido escenas que dejarán una imborrable huella en el rumbo de nuestra maliciosa historia. Es mi intención, principalmente, contar los segmentos más emocionantes del suceso, desde las vivencias de nuestro pequeño grupo de cronistas de diversos medios independientes y giles que se nos prendieron a último momento porque no tenían nada que hacer. Para conocer más de lo que pasó y acceder a nuestros reportajes, esten atentos en el blog de mi compañero del MAL.

A eso de las 17 hs llegamos al lugar de la cita después de un día de actividades estratégicas de cortesía y violación de máximas. Ya cómodamente ubicados en un sector pastoril cercano al agua, pudimos tranquilamente observar la progresiva llegada de los combatientes. En esta primera foto se ve a una de las primeras, una chica sencilla a la que si te encontrás en cualquier momento en la calle no te imaginás el monstruo violento que tiene adentro. Y sin embargo ahí está, lista para desenvolverse en un ámbito originalmente violento.
17:52- Muchos de los cocurrentes han llegado preparados para una batalla campal. Chicoverde no se animó a reportear a estos. Parecían peligrosos.

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J, corresponsal de La Tercera Fundación, denuncia irregularidades en el reparto de los víveres : "Fui a comprar pochoclo antes de que empezara y ya no había más, esto es indignante, ¿dónde están las reservas? ¿qué pasó con el pizingallo? ¡¡El botín de guerra se afana al final, imbéciles, AL FINAAALLL!!"

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"En mis tiempos nos conformábamos con baldazos de agua. Yo no se a dónde vamos a parar" comenta el ciudadano Tito, indignado.

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"Vine sin ninguna almohada y me voy con dos; ¡¡esto es una ganga!!" declara una participante de último momento."La verdad es que al principio vine solo para mirar, pero después me di cuenta de que si me ponía mucho las pilas, por cada caído podía quedarme con una almohada. Entonces empecé a buscar entre la gente a los más cansados, les daba un par de golpes fuertes, los tipos caían soltaban la almohada y ¡listo el pollo! -si, la mayoría eran almohadas de plumas". Posteriormente la muchacha fue vengada por un grupo de señores adoloridos. No volvimos a saber de ella.

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18:25- Cuando todo parecía calmarse sin más trascendencia, el primer herido de la jornada nos devuelve las esperanzas de ver un espectáculo interesante.

Aquí se lo ve transfigurado por el dolor, junto a un compañero que trata de calmarlo con frases animosas del estilo "No llores boludo, es una pierna nomás".

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"Revisamos un par de almohadas y encontramos ESTO" nos cuenta J. El concreto es prueba de que Von Pazzz había pasado más temprano por allí, con la idea de poner en práctica el plan de los ladrillos que mencionamos en los comentarios del posteo anterior. Probablemente las autoridades lo hayan corrido del lugar, especialmente si, por ser un espacio público, el doctor realizaba estas mafiosas actividades estando desnudo.

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El reportero Chicoverde, siempre a la vanguardia de la noticia, ávido de sensaciones fuertes y perseguidor de la verdad (por qué la persigue, no se, supongo que para matarla) fue visto en el epicentro de los hechos tratando de entrevistar heridos. Yo también traté de meterme pero al primer almohadazo mi instinto de autoconservación me hizo poner la seguridad de mi cabeza y de mi cámara por encima de mi vocación por fotografiar estos hechos terribles.
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Sobre el final el infaltable grito ¡VIVA PERON!Alzadas las almohadas, comprendimos no sin tranquilidad que el pueblo aún responde a las consignas verdaderas.